𝔑ninguno de nosotros es en la vejez el
mismo que fue de joven; ninguno de nosotros es al dĂa siguiente el mismo que el
dĂa anterior. Nuestros cuerpos son llevados al modo de los rĂos. Cuanto ves
corre con el tiempo, nada de lo que vemos permanece; yo mismo, mientras digo
que las cosas cambian, he cambiado. Es lo que dice Heráclito: "Nos metemos
dos veces en el mismo rĂo y no nos metemos dos veces en Ă©l". Porque el
nombre del rĂo sigue siendo el mismo, pero el agua ya ha pasado.
Esto es más evidente en el rĂo que en el hombre, pero no es menos veloz la corriente que nos lleva a nosotros. Precisamente por esto me sorprende nuestra locura, eso de querer tanto el cuerpo, una cosa tan y tan pasajera, y eso de temer que alguna vez nos moriremos, cuando cada momento es la muerte de la anterior condiciĂłn. ¡Haz el favor de dejar de temer que te ocurra de una vez por todas lo que te ocurre cada dĂa!
Esto es más evidente en el rĂo que en el hombre, pero no es menos veloz la corriente que nos lleva a nosotros. Precisamente por esto me sorprende nuestra locura, eso de querer tanto el cuerpo, una cosa tan y tan pasajera, y eso de temer que alguna vez nos moriremos, cuando cada momento es la muerte de la anterior condiciĂłn. ¡Haz el favor de dejar de temer que te ocurra de una vez por todas lo que te ocurre cada dĂa!
Nadie es
tan ignorante como para no saber que algĂşn dĂa tiene que morir. Sin embargo,
cuando está cerca de ese momento, se revuelve, tiembla y llora. Alguien que
llorase por no haber vivido mil años atrás, ¿no te parecerĂa el más estĂşpido de
todos? Es igual de estúpido quien llora porque no vivirá dentro de mil años. No
existĂas y no existirás: ambas cosas son iguales. Ninguno de esos dos tiempos
te pertenece.
En este texto
SĂ©neca nos indica que las personas tenemos miedo a la muerte, pero que no
deberĂas tener ese miedo porque sabemos que a todo el mundo, tarde o temprano
le acaba llegando este momento. No deberĂamos tenerle miedo, ya que forma parte
de la vida. Nunca podemos saber ni cuándo ni cómo ni dónde va a llegar nuestra
hora, ya que nunca sabes cĂłmo va a poder suceder.
Por eso, cada
segundo que vaya pasando de la vida hay que disfrutarlo, reĂr, ser feliz y
sobretodo disfrutar el momento. Y por mucho que podamos llegar a sufrir, hay
que vivirla, porque vida solo hay una, y siempre hay una soluciĂłn para todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario