domingo, 5 de marzo de 2017

La bondad y Emily Dickinson.

El otro día en clase estuvimos leyendo unos pequeños fragmentos de la gran autora Emily Dickinson. Fue una poetisa estadounidense, cuya poesía apasionada ha colocado a su autora en el reducido panteón de poetas fundamentales estadounidenses que hoy comparte con Edgar Allan Poe, Ralph Waldo Emerson y Walt Whitman (leído en clase también).
En sus dos fragmentos habla de cualidades del hombre. Bondad, belleza y verdad.

En el primero de los dos fragmentos habla solo de la bondad. Habla de actos como ‘Evitar que un corazón se rompa’ o ‘ayudar a un desvalido pajarito de regreso a su nido’. Dice, que si ayuda en  esas pequeñas cosas, su vida habrá valido la pena.

En el segundo fragmento  se sitúa en un cementerio dónde se encuentra la belleza, sola, hasta que muere la verdad, las cuales son hermanas: ‘Somos hermanas, una son la Belleza y la Verdad’.


Por último, según los recursos que se emplean, en este fragmento podemos observar una gran repetición de disyuntiva y condicional.

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