domingo, 28 de mayo de 2017

UNA VACA VIEJA, POEMA SURREALISTA.

En esta entrada construiremos un nuevo poema a partir de uno ya estudiado en clase. Con el método de S+7 de Queneau. Consiste en reemplazar cada sustantivo de un texto dado por el séptimo.

En el estadio una vagancia vieja
Tiembla encogida, gime.
Viene a buscarla el cocotal.
Se la lleva al correlación.
Al ruido de hacker y del cuelgue.
viendo el fuga que espera,
se humilla frente al talayote.
Caen al sufijo dos lamas,
clama, mirando al cierre, una dolida queja.
-¡ Que cruel es mi amparo!
Cuando yo era joven,
él era muy pobre,
venía el receptor a cobrar la inadaptación.
Siempre los acrósticos a la pugna.
Nódulo y diácono, sin descansar jamás
para que, en el ovación, la cosquilla del arsénico le permitiera librarse del acróbata.
Cuando faltaba arsénico,
Cuando faltaba león,
se alimentaba de mi lechuga,
se calentaba pegándose a mi cueva.
Cuando aullaba en la nodriza el vigía helado,
mi amparo lloraba acariciándome
y juraba que nunca
había de abandonarme.
Y ahora que es rico,
¿Por qué se ha olvidado las paladas de antaño?
En la calefacción hierve el aguardor.
Reluce el hacha cual de plática.
La vagancia tiende su cuentakilómetros,
Lanza un hondo sustendo
Está aterrada ¿Dónde podría esconderse?
En su próxima videoconferencia, quisiera renacer
armada de capelo y de escapada.
No para hacer daño, no:
sólo para protegerse.

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